Desde el siglo IV a.C. el vinagre ha tenido gran importancia en la sociedad gracias a sus múltiples aplicaciones no solo en la cocina, como conservante y aliño, sino como desinfectante para las heridas, complemento nutricional o purificador de cuerpo y alma. Hoy por hoy, a todas estas cualidades también podemos añadir las aplicaciones estéticas e industriales ya que desde hace años se utiliza el vinagre para la elaboración de multitud de cosméticos y productos de limpieza.
El vinagre está compuesto básicamente por agua, puede extraerse de la manzana o la uva mediante la fermentación acética del alcohol. La concentración del ácido acético que le otorga su sabor, es de un 5 por ciento aproximadamente . Que es el responsable de las características agrias y ácidas, desinfectantes y depurativas del vinagre. Los vinagres que se comercializan también incluyen anhidrido sulfuroso o dióxido de azufre (E-220).
El vinagre contiene vitamina A por lo que favorece la recuperación de problemas de visión o problemas cutáneos (piel y mucosa).
Existen muchas aplicaciones y remedios caseros para el vinagre, aparte de aliño y acompañamiento en nuestras comidas, así por ejemplo se utiliza para aliviar el picor e inflamación de las picaduras de insectos, para realizar conservantes de alimentos mediante la elaboración de salsas, escabeche o mostazas, para mejorar la digestiones pesadas, para limpiar las heridas, para aliviar el dolor de garganta provocado por una infección, para lavar las frutas y verduras antes de consumirlas, o incluso para dar un último aclarado al pelo, ya que el vinagre elimina los residuos del champú y el acondicionador y otorga al pelo un brillo natural y un aspecto sedoso.
Las propiedades que el vinagre contiene son antioxidantes y antibacterianas.
Los vinagres que normalmente conseguimos de forma industrial en el mercado suelen ser vinagres obtenidos a partir del vino tinto o blanco o de la sidra.
El vinagre de sidra de manzana es probablemente uno de los vinagres más conocidos y utilizados. De sabor delicado y suave que se extrae de la pulpa de la manzana o también se puede obtener a partir de su jugo. También puede obtenerse a partir de la sidra o de mosto de manzana fermentado.
El vinagre de manzana es muy utilizado en cocina, para aliñar ensaladas, en recetas de carne, pescado y salsas.
Hay un vinagre balsámico de Módena de tipo estándar que también se encuentra protegido con la indicación geográfica protegida (IPG), este vinagre se diferencia del primero en que no es tan refinado y menos concentrado y a veces se le añade caramelo para lograr tanto el sabor dulce como el color muy oscuro. Se obtiene con mosto de vino y no con vino.
Por otro lado, en nuestro país existe un vinagre tremendamente popular y conocido: el vinagre de Jerez. Es un vinagre también protegido con denominación de origen (DOP), este vinagre procede de Cádiz en donde se cultivan las viñas.