De 5 a 10 minutos sin oxígeno, son suficientes para que nuestra vida se apague.
Nuestro cuerpo puede subsistir varias semanas sin comer, días sin beber, pero no sin respirar. Sin oxígeno, el metabolismo se altera, se instala la enfermedad y sobreviene la muerte. René Jacquier lanzó en 1947 el primer concepto de oxigenación biocatalítica que daría lugar a la creación del Bol D’Air Jacquier, que nos aporta en tan sólo de 3 a 12 minutos arire enriquecido con pinenos oxigenados (peróxidos de alfa y beta pinenos).
Estos se convierten en biocatalizadores de oxigenación: por un lado la hemoglobina fija más fácilmente los pinenos oxigenados que el oxígeno por sí solo, y el oxígeno transportado se libera más fácilmente en los tejidos bajo una forma altamente asimilable por las células, liberando los radicales libres y por tanto REGENERÁNDOLAS.